1 de marzo de 2016

De qué hablamos las mujeres



Luego de pasar mis últimos años en el mundo corporativo en un arduo trabajo en y por el desarrollo sostenible, con un poco de escepticismo asistí la semana pasada al III Foro Women Working for the World organizado por la Fundación Juan FelipeGómez Escobar, y vaya sorpresa!


Me encontré con mujeres de toda clase, líderes de opinión, empresarias, funcionarias públicas, Vicepresidentes Corporativas, mujeres maduras, millenians, de estratos altos, de estratos bajos, líderes populares, y con exposiciones, charlas y paneles bien interesantes  y confirmé allí algo que he venido observando hace algún tiempo. Este país sí es viable con y por el liderazgo, inteligencia y fortaleza de sus mujeres.

En este foro no vi ningún radicalismo político de esos tan frecuentes hoy en día en nuestras reuniones sociales e incluso familiares; no nos dividimos en santistas y uribistas, ni hubo manifestaciones de resentimiento entre grupos irreconciliables o irrespeto al expresar opiniones contrarias sin dejar de lado la firmeza en las convicciones expresada mediante la voz, las manos y las expresiones faciales de cada participante. Porque sí, las mujeres hablamos con todo el cuerpo.

No se habló con odio virulento en particular de algún grupo armado ilegal, pero si con mucha pasión de la necesidad de reconocer, de reparar las víctimas de todos los agentes violentos del país y de incluirlas a ellas y a sus victimarios en una sociedad reconciliada. Me llamó mucho la atención una representante del ejército pidiendo a las empresas vincular a los reinsertados a sus organizaciones para brindarles una opción de vida y así un mejor futuro.

El Foro tampoco se fue lanza en ristre contra las industrias extractivas y demás contaminantes,  pero Lana Turner nos contó del maravilloso trabajo que desarrolla en varios frentes con el fin de preservar y mejorar el medio ambiente del planeta al cual muchas nos podemos sumar o emular en nuestros entornos.

Me impresionaron las cifras del embarazo en adolescentes, el gran trabajo que desarrollan ONG´S para prevenirlo como la Fundación anfitriona, y la cantidad de trabajo que nos falta por hacer para prevenir este y el abuso sexual de manera efectiva. Se habló en este punto de la necesidad de la educación sexual en los colegios, y no obstante comentar con vehemencia y convicción el desacuerdo con el reciente fallo de la Corte Constitucional que solo permite esta cátedra en bachillerato y educación superior,  no hubo ni insultos, ni referencias personales odiosas, ni nada para generar titulares de prensa escandalosos como suele suceder con cualquier cosa en este país.

En fin, el denominador común de la reunión fue el deseo infinito de las mujeres colombianas de trabajar por un país mejor, con ciudadanos  reconciliados sin importar su pasado (¡cómo entendemos las mujeres aquello del perdón y olvido!)  y con un compromiso de mejorar este planeta que nuestros hijos nos han prestado para su cuidado.

En los corredores del Foro se hablaba del largo camino que tenemos que recorrer para cambiar nuestra realidad y educar a nuestros hijos y nietos en una dinámica que los haga mejores seres humanos, mejores ciudadanos y en hombres y mujeres diversos que sepan ejercer el respeto por la diferencia en todas sus dimensiones.

Y comprobé una vez más como lo pude validar en los foros organizados por Reconciliación Colombia en las regiones en el año 2014, que somos muchos los que creemos, queremos y trabajamos por un país reconciliado sin importar si se firman o no los acuerdos de la Habana con las FARC, si el ELN entra o no al proceso de paz, y de ahí la necesidad de alinear todos estos esfuerzos desde la sociedad civil para tener el país que todos soñamos.

De esto conversamos las mujeres.

Felicitaciones a Catalina Escobar por su enorme poder de convocatoria y por generar estos espacios de los que salimos pensado que todo es posible.


El esfuerzo es de todos y cada uno de nosotros. 

El camino es largo.








Margarita Obregón



28 de febrero de 2016

Compromiso de todos



Luchar por un mundo mejor se ha convertido con el paso de los años en una obligación de la que no puedo escapar y siento que mi vida no tiene sentido si no actúo para que ese sueño se haga realidad.

Sé que mi aporte es tan solo un grano de arena en este largo camino, pero será suficiente para mí, si aquellos que me rodean y en especial los míos, se suman a esa lucha. 

Pienso que no podemos pasar por este mundo sin pena ni gloria, resignándonos a que otros vivan nuestras vidas y decidan nuestro destino.  Por el contrario hacer conciencia de los problemas que tenemos y hacer algo para solucionarlos no solo le da sentido a nuestra existencia si no que nos llena cada día de una energía infinita suficiente para derribar todos los obstáculos que se nos presentan.

Creo que el momento actual es vital para cambiar nuestra relación con este planeta y todo lo que podamos hacer por su mejoramiento y sostenibilidad para las generaciones futuras es válido.

Entender este concepto es indispensable para que todos aquellos que compartimos estos ideales vayamos en la misma dirección.

Si el consumismo es la causa de los daños ambientales, volver a pensar en "ser" mejor que en "tener" e inculcarle los valores elementales a nuestros hijos es fundamental si queremos contribuir con el desarrollo sostenible de nuestras empresas, nuestros territorios, nuestros países y nuestro planeta. Nuestra supervivencia dependerá de ello.

Un mundo es mejor si produce bienestar al ser humano y en consecuencia no puede emprenderse ninguna batalla que lo considere si no repasamos sus derechos. Re-entender la Declaración Universal de los Derechos Humanos, su desarrollo y evolución en estos siglos se convierte en la columna vertebral de ese mundo soñado.


Los invito a reflexionar en este blog sobre estos y muchos otros temas y a compartir sus propuestas e iniciativas que ayuden a la construcción de un mundo mejor.

Aquí los espero. 



Margarita Obregón