1 de abril de 2020

Hagamos una pausa

Por Margarita Obregón

Publicado en Facebook el 31 de marzo de 2020

Leyendo esta mañana un twitt de alguien que no conozco y que compartí por esta red, y en medio del agobio que todos estamos viviendo por cuenta del coronavirus, me hice esta reflexión.
Tenemos que tomar una pausa para poder leer este momento, para vivirlo sin perdernos detalle. Es histórico, una peste en el Siglo XXI, en un mundo muy desigual, en un planeta malherido por el hombre pero con desarrollos tecnológicos inimaginables. Y con unos gobernantes que estúpidamente aún se debaten en el dilema entre salvar a la humanidad o salvar las economías y siguen pensando en tumbar gobiernos por razones ideológicas como si a los pueblos les importara algo más que su supervivencia.

Tenemos que respirar profundo y poder observar lo que está pasando y lo que nos está pasando, con calma. Reflexionar sobre nuestra vida individual y colectiva, sobre las decisiones que hemos tomado y lo que pesan en este momento sobre nuestras vidas y las decisiones y la vida que queremos vivir de aquí en adelante. Lo que realmente necesitamos, lo que es esencial y lo que es contingente; todo lo que nos sobra, lo que nos estorba, las grandes comodidades que tenemos y lo mal que lo deben estar pasando otros; descubrir cuanto amamos a los nuestros y la falta que nos hace abrazarlos, a los amigos del alma; lo indispensables que son los mayores en nuestras vidas y cómo los vamos a cuidar en adelante y promover su respeto para poder disfrutar de su sabiduría; y cómo vamos a promover tecnologías especiales para ellos que les permitan disfrutarla y a nosotros disfrutarlos sin complicaciones, o adaptarle sus entornos para que así sea. Cómo vamos a educar a nuestros hijos, nietos, sobrinos, qué legado les vamos a dejar. Y asimilar este vertiginoso cambio.
Esto pasará y la vida seguirá, y saldremos renovados, pero por ahora, tómense su tiempo, y paren por favor.

Morir de hambre o por coronavirus

Por Margarita Obregón

Publicado en Facebook el 25 de marzo de 2020

Bogotá, Plaza de Bolívar, 24 de marzo de 2020

#QuédateEnCasa
Si bien es cierto muchas personas inconscientes no han respetado la cuarentena, no nos olvidemos que en Colombia hay millones de trabajadores informales a los que les es imposible guardarla pues se trata de su supervivencia.
Nosotros estamos aquí, compartiendo en Facebook desde nuestros celulares y computadores y la comodidad de nuestras casas o apartamentos; seguramente agobiados, tratando de acostumbrarnos a esta nueva vida, resolviendo nuestros pequeños y grandes problemas y con la angustia que genera la incertidumbre, pero tenemos garantizada nuestra comida y seguro que en ese tema nuestra preocupación es decidir el menú del día, y a quién de la casa le toca lavar los platos.
Pero imaginemos por un momento la situación de estos millones de informales, algunos muy cercanos a nosotros, que viven de lo que ganan diariamente, que nos han contado que viven en una pieza, que duermen en una sola cama, encerrados y pensando cómo van a alimentar a su familia. Ellos prefieren morir por el coronavirus antes de matar de hambre a sus hijos.
Apelar a nuestra compasión para entenderlos y buscar la manera de ayudar a esos trabajadores informales de nuestro entorno, que conocemos, puede fortalecernos, hacer mas llevadero el confinamiento y enseñarnos a leer estos tiempos.
Cuídense y cuiden a los suyos.

Bondad, cura para la ansiedad

Por Margarita Obregón

Publicado en Facebook el 19 de marzo de 2020

#QuédateEnCasa 

Tapabocas elaborados por española de 87 años que vive sola, con 30% de visión, artrosis en su manos, dejados en la puerta de su vecino, neumólogo español.



Creo que muchos estamos o están pasando por crisis de ansiedad ante el coronavirus, sin saber como lidiar con ella, pues preciso no podemos tener ese cafecito con los amigos que tanto nos reconfortan, porque estamos confinados o estamos en cuarentena total. 

Sirve mucho cuando no podemos controlar nuestros pensamientos, inventarnos formas de ayudar a los demás que están en una situación más difícil que la nuestra. Por ejemplo, la familia y amigos que pertenecen a los grupos vulnerables al coronavirus, nuestro vecino que vive solo y está medio impedido, las personas que trabajan en nuestras casas y en nuestros edificios, el vendedor ambulante al que le compramos los dulces, el embolador, el repartidor de periódico, el domiciliario y demás personas que hemos mirado a los ojos y la están pasando mucho peor que nosotros porque ni siquiera tienen la opción de protegerse. 

Pensar en cómo ayudarlos, pensar primero en los otros, nos ayudará a pasar estos días difíciles para todos y nos hará sentir mucho mejor. Cuiden a los suyos, cuídense y #quedenseencasa