22 de marzo de 2016

"Obama miserable comunista"



Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un Presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano, cuentan que Fidel Castro le respondió al periodista inglés Brian Davis en 1973, en reunión con la prensa internacional al regreso de su visita a Vietnam, una vez terminada la guerra, durante el segundo mandato de Richard Nixon.

“No es frecuente cuando una simple caminata es histórica


Cierta o no la anécdota la realidad es que cumplidas las dos condiciones de la premonición, el 20 de marzo de 2016 se convierte desde ya en fecha histórica que habrán de recordar futuras generaciones, pues pareciera, ahora si, ser este el fin de la guerra entre el país más poderoso del mundo, Estados Unidos de América, contra una pequeña isla situada en el Caribe, Cuba, que durante 57 años le ha resistido toda suerte de ataques pero sobre todo un feroz embargo que aisló a todos sus habitantes del resto de mundo privándolos del desarrollo individual y colectivo.

Razones económicas y políticas originaron esta guerra como una de las consecuencias del enfrentamiento a muerte entre capitalistas y comunistas, iniciado con la revolución bolchevique en 1917 y que nos ha mantenido a los habitantes de este planeta divididos en dos lados irreconciliables, aún después de la desaparición de la Unión Soviética.

Para quienes como yo que nacimos y crecimos en los años de la revolución cubana, en un país católico como Colombia, en tiempos del Frente Nacional, nuestras primeras noticias sobre Cuba y sobre Fidel Castro, nos daban cuenta del terror y la opresión que allí se vivía a causa de los comunistas y socialistas. La llegada de estos sistemas de gobierno o regímenes, según la información capitalista, significaba la expropiación de todos nuestros bienes, hasta los más personales; largas filas para recibir por parte del Estado y a su antojo cualquier bien que necesitáramos, empezando por la comida; desde luego, cero libertades individuales; e incluso en China, según se nos relataba, los hijos eran arrancados de sus hogares desde muy temprana edad para ponerlos al servicio del Estado; era tanto el horror que nos transmitían que en mis pesadillas de niña llegué a creer que Fidel Castro se comía los niños, no sé si porque alguien me lo contó o me lo inventé.

Al crecer, a medida que estudiaba e investigaba y tenía acceso diversas fuentes, fui descubriendo que el comunismo y el socialismo eran teorías políticas como cualquier otra y podían ser buenas o malas según el gobernante que los aplicara, y del terror pasé primero a los cuestionamientos y después a la admiración. Cómo no, si además casi todos los artistas e intelectuales que yo admiraba eran en su momento de izquierda. Neruda, Gabo, Cortázar, Sábato, Saramago, Sartre y Simone de Beauvoir, Bertolt Brecht, Benedetti, Picasso, Miró, Diego Rivera y Frida Kalho, Pablo Casals, Chaplin, Bertolucci, Buñuel, Antonio Gades, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Atahualpa Yupanqui, Ana Belén y Victor Manuel, Sabina, por decir solo unos pocos y no hacer eterno este cuento.

Ya consciente de la falta de objetividad y transparencia de los medios de comunicación tradicionales, desde entonces dudo de toda la información suministrada por ellos y desde luego de su visión única y sesgada sobre Cuba coincidente siempre con la versión de la derecha norteamericana. Hoy pienso como muchos que lo peor que le ha sucedido a esa nación caribeña no es su sistema de gobierno como nos quisieron hacer creer, si no el bloqueo impuesto por Estados Unidos, que ha hecho padecer inmisericordemente a sus habitantes, y que sin duda constituye una flagrante violación de los derechos humanos.

Si el comunismo y el socialismo han sido buenos o malos para la Isla, juzguen con estos pocos datos:

Cuba ocupa el puesto 67 en el índice de Desarrollo humano, en el Rango Alto, (Colombia ocupa el puesto 97) el 3º entre los latinoamericanos, solo por detrás de Argentina y Chile.
De acuerdo con datos de la ONU, es el único país del mundo que cumple los dos criterios que, para la organización WWF (World Wildlife Fund), significan la existencia del desarrollo sostenible: desarrollo humano alto (IDH 0,8) y huella ecológica sostenible (huella < 1,8 ha/p).
Tasa de desempleo (1.9%) Tasa de analfabetismo 0.
Todos los ciudadanos cubanos residentes en el país tienen derecho a recibir asistencia en todas las instituciones de salud, la cual es gratuita, en un Sistema de Salud Público reconocido mundialmente por su calidad y avances.
Posee una de las más bajas tasas de mortalidad infantil del mundo, con un índice de 5,3 por cada mil nacidos vivos durante el año 2007.

¿Se imaginan cómo hubiera sido sin el bloqueo?

Por eso la visita de Barack Obama a la Habana, inimaginable en otros tiempos, me produce tanta alegría y optimismo. Porque si el presidente del país que ha estado acechando desde la otra orilla, pisó suelo cubano, ofrendó a José Martí, recorrió la plaza de la revolución con la imagen del Che como testigo, y en su discurso de hoy reconoció que estas dos naciones tienen concepciones diferentes de los derechos humanos y de la democracia que se pueden discutir con respeto, que solo los cubanos decidirán el futuro de Cuba y que el embargo terminará, de verdad, el mundo está cambiando.


Con esta histórica visita renace la esperanza para quienes aún soñamos con un mundo civilizado, incluyente, diverso, igualitario y libre. Sin mentiras, calumnias, persecuciones, invasiones y miles de muertos, solo por pensar diferente.

Sé que el camino es largo, pero estoy segura que por lo menos a mí ni Donald Trump ni nadie me va a aguar la fiesta, porque ayer cuando vi una nota de Noticias Caracol sobre las protestas del exilio cubano en la calle 8 de Miami, solo pude reír cuando vi una cartelera que decía:

Obama miserable comunista


Margarita Obregón